Los dolores cervicales son uno de los motivos más frecuentes de consulta médica y fisioterápica.
En la actualidad,
han aumentado los casos de molestias en el cuello y zonas cercanas, debido al
estilo de vida que llevamos. El trabajo en el ordenador, el conducir, ver la
televisión etc… son algunas de las causas que producen tensión muscular y
dolor.
A continuación
trataremos de explicar cómo y por qué se producen los dolores cervicales, y qué
tenemos que hacer para evitarlos, o por lo menos controlarlos.
¿Cuál puede ser la causa de los dolores cervicales?
En general los dolores cervicales o
incluso los cérvico-dorsales, se producen por un mal uso de nuestro cuello, al
colocarlo en posiciones forzadas o mantenidas durante mucho tiempo. Esto
provoca que diversos tejidos se sobrecarguen y aparezca dolor en las zonas que
más hemos tensado. La aparición de dolor suele desencadenarse por una mala
posición durmiendo, haber cogido tensión nerviosa y/o estrés, hacer esfuerzos o
movimientos bruscos, accidentes de tráfico etc…
La mayoría de las veces, ya hay problemas
antes de que aparezca el dolor, por eso es importante hacer prevención de estos
problemas con un análisis biomecánico del aparato locomotor, adoptar buenas
posturas, entrenar el cuerpo con ejercicio físico etc…
Hay que destacar la implicación de
nuestro estado emocional en la aparición de tensión y dolor, sobre todo en la
base del cuello.
Cuando estamos estresados, cuando no nos
gusta nuestro trabajo, cuando tenemos problemas personales etc… mantenemos al
cuerpo en un estado de tensión constante, y a corto-medio plazo producirá
diferentes manifestaciones, entre ellas, los dolores musculares
cérvico-dorsales.
¿Qué tejido produce dolor?
1.- Dolor muscular: aparece al contraer el
músculo y/o al estirarlo.
2.- Dolor de ligamentos: al mantener una
posición en la que se tense el ligamento mucho rato, aparece, sobre todo, al cambiar la posición.
3.- Dolor de la articulación: aparece al
mover la articulación, sobre todo cuando los movimientos se realizan al final y
al principio del recorrido articular.
4.- Dolor del nervio: aparece al irritar el
nervio y suele acompañarse de hormigueos y adormecimiento en la zona que inerva
el nervio.
5.- Dolor discal: suele aparecer al
aumentar la presión sobre el disco intervertebral, al toser y al estornudar.
6.- Dolor visceral: algunos órganos dan
dolores referidos en la zona cervical. (Ejemplo: el Estómago).
Qué podemos hacer para evitar los dolores cervicales?
La mejor forma de
dormir es de lado con una buena almohada cervical que mantenga recta la
columna, rellenando los vacíos del cuello. También boca arriba puede ser una
buena opción (siempre con almohada).
Dormir boca abajo es muy perjudicial para el cuello, ya que lo giramos casi
siempre al mismo lado para poder respirar.
Lo siguiente es tener cuidado con las posiciones del cuello y hombros en
el trabajo. Las personas que trabajan sentados, deben apoyar toda la espalda en
el respaldo de la silla y contactar la barriga en el borde de la mesa. Así
mantendremos fácilmente una buena postura de la espalda. También deben apoyar
los codos en la mesa, así quitarán tensión del cuello y hombros.
Además no se debe estar en una misma posición laboral fija más de 45
minutos. Es conveniente levantase y mover un poco las piernas, los brazos y el
cuello. (Como excusa se puede ir al servicio). Con ello, se consigue evitar la
acumulación de tensión muscular, favoreciendo la circulación general, y al
final del día no se estará tan derrotado.
Otra cosa que podemos hacer es a lo largo del día es presionar algunos
puntos reflejos de los músculos más tensos, para así soportar mejor la cantidad
de trabajo y el estrés.
La técnica es más efectiva si presionamos con dos dedos, uno a cada lado
(puede ser los pulgares o los dedos corazón); se mantiene la presión, que debe
ser dolorosa pero no excesiva, hasta que vaya desapareciendo la molestia donde
presionamos. (Aproximadamente 1-2 minutos). No olvidar hacer respiraciones
profundas y lentas mientras se presiona.
Para aliviar esas tensiones que quedan
al final del día, se recomiendan varias cosas. Por un lado hacer algo de
ejercicio que obligue al cuerpo a moverse en todas las direcciones (natación,
gimnasia de mantenimiento, Taichi, Yoga, Pilates etc…) Por otro lado, aprender
algunas técnicas de relajación, que van a servir para eliminar el estrés
acumulado, mejorar el estado general metabólico, y favorecer el descanso por la
noche para no acumular fatiga día tras día. Además, se pueden utilizar duchas
de agua caliente combinadas con pequeños estiramientos, que favorecerán la
relajación muscular y nerviosa.
Por último, y no por ello menos
importante, hay que tener presente que somos un cuerpo que sigue a una mente y
no al revés. Por ello debemos intentar estar conformes con nosotros mismos y
con los demás el mayor tiempo posible. Se debe tratar de solucionar los
conflictos emocionales, en especial los que tengan que ver con personas
queridas, porque si no, es como tener una herida abierta permanente, y el
cuerpo se resiente. Debemos cultivar la amistad, la comunicación directa,
tomarse las cosas con la importancia justa y ante todo y sobre todo, REIR.
Publicado por
Jonatán Díaz Expósito.
Fisioterapeuta, osteópata y codirector de Clínica Sacrum
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